Llamamos inflación a la subida de precios generalizada en una economía. Una definición más certera sería que se trata de la devaluación de la moneda de un país. Cada dólar, sol y peso, vale menos, y por tanto, cada producto y servicio cuesta más.
La inflación es un fenómeno multicausal. La que vivimos actualmente en el año 2022 se debe a un conjunto de factores que explicaremos a continuación, pero primero es importante conocer un poco la teoría de la oferta y la demanda.
En economía, hay un balance entre el precio de un producto y la oferta y demanda del mismo. Cuando la demanda de algo supera a la oferta, el producto se le da al que pueda pagar más, como una especie de subasta indirecta, y suben los precios. Es decir, baja la oferta, bajan los precios; sube la demanda, suben los precios.
Con esta perspectiva podemos comenzar a ver las causas de la inflación.
A principios del año Rusia decidió invadir Ucrania. Ambos exportadores importantes de productos alimenticios (como el trigo) y materias primas. Al estar en guerra, la capacidad de producción y exportación de ambos baja, especialmente en el caso de Rusia por las sanciones. Decrece la oferta, la demanda se mantiene, y como resultado, los precios suben.
Este año ha habido una fuerte sequía en ámbito mundial. Esto ha afectado especialmente a la India y a China, que también son productores importantes de trigo y otros alimentos. Cuando hay sequía, muchas cosechas se dañan, lo que disminuye la capacidad de estos países de exportar sus productos al mercados. De nuevo, la oferta disminuye y la demanda se mantiene, por tanto suben los precios.
Esto no afecta solo al precio de un producto, sino al precio de todos los productos que usan al primero en su fabricación. Pongamos por ejemplo la harina: El pan, las pastas, los postres, la pizza, las tortillas, las galletas y todos los demás productos que tengan como ingrediente la harina tendrán que pagar más para obtener el material de trabajo, los costos de producción suben y con ello, o baja la calidad o suben los precios de los productos.
Y así sucede con todas las materias primas.
Si bien sigue habiendo Covid, la vacunación ha logrado frenarlo en gran medida. Las cuarentenas han terminado, y con ello, mucha gente ha salido a hacer vida (y comprar) en las ciudades otra vez. Esto aumenta la demanda de muchos productos y servicios.
Durante la pandemia, además, la cadena de suministros de muchas industrias sufrió muchos daños y contratiempos, por ello, no es tan fácil como antes suplir con la demanda.
La oferta se reduce, aumenta la demanda y entre ambas cosas aumentan los precios.
Por último, este año la reserva federal de los Estados Unidos ha subido el interés del crédito, es decir, adquirir deuda es ahora más caro. Esto se traduce en menos negocios realizando inversiones y menos consumidores adquiriendo deuda para costear servicios y productos, lo que implica una disminución en la demanda general.
Al reducir la demanda, se reducen los precios, por eso estas estrategias se realizan con el fin de frenar la inflación. Sin embargo, existe la preocupación de que esta estrategia podría contribuir a una próxima recesión económica, pues si se hace muy abruptamente puede estancar la economía.
Además de todo lo mencionado, cada país puede tener sus causas particulares, sean estas políticas, sociales, o económicas. Los Estados Unidos tienen una crisis de la vivienda. Si bien en este país el último cuatrimestre reportó un crecimiento del PIB, se continúa creyendo que la tendencia se dirige hacia una recesión. En Europa los precios de la electricidad se han disparado debido a la incapacidad de importar gas ruso. Varios países latinoamericanos llevan algún tiempo en crisis. Al contexto mundial se le suma el contexto regional haciendo las situaciones más complejas.
Ante este panorama pueden surgir dos preguntas
- ¿Cómo va a afectar esto a las empresas? Sigue leyendo para descubrirlo.
- ¿Cómo prepararte para una posible recesión como emprendedor o líder? Puedes aprender leyendo este otro post.
Lo primero y principal es el aumento de los costos. La inflación implica que el costo de todas las cosas sube. Dependiendo de tu industria y tal y como se mencionó, es posible que los materiales de elaboración de tus productos se encarezcan.
Los clientes disminuirán pues algunos no podrán continuar pagando por tus productos y servicios.
Es posible que los empleados pidan aumentos conforme se diluya su poder adquisitivo y que sea más difícil contratar personal capacitado, pues las empresas estarán peleándose por los mejores talentos.
Si bien la deuda vieja se hará más barata, la nueva deuda se volverá más cara, pues conforme sube la inflación suben los intereses. Esto implica que tanto las empresas tendrán menos capacidad de inversión, y los consumidores menos dinero para gastar.
Los consumidores tendrán que afrontar más gastos y poseerán menos poder adquisitivo, por tanto, será más difícil persuadirlos de realizar compras. Será aún más difícil para aquellas empresas que se vean forzadas a subir el precio de los productos y servicios, puesto que esto hará o bien que los clientes decidan dejar de comprar el producto o servicio o que la conformidad de estos con el producto se reducirá.
Con las anteriores dos cosas, costos más altos y ventas más difíciles, el mercado se hará más competitivo. Todo el mundo perseguirá las ventas lo más arduamente que puedan.
¿Qué hacer ante este terrible panorama? No se trata de una sentencia de muerte, si bien se vienen tiempos difíciles, también habrá la voluntad de afrontarlos. Para ayudarte, en nuestro último blog explicamos # formas en las que puedes preparar a tu empresa para una probable recesión económica.
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